Un paso más cerca de una ley europea de bienestar de perros y gatos en criaderos

Los Veintisiete han allanado el camino a la primera ley comunitaria que garantice el bienestar de perros y gatos en los criaderos después de acordar la posición negociadora del Consejo a nivel de embajadores.

28/06/2024

Los Veintisiete han allanado el camino a la primera ley comunitaria que garantice el bienestar de perros y gatos en los criaderos después de acordar la posición negociadora del Consejo a nivel de embajadores. Este mandato servirá para arrancar las negociaciones con el Parlamento Europeo sobre la forma final del texto ...

Los Veintisiete han allanado el camino a la primera ley comunitaria que garantice el bienestar de perros y gatos en los criaderos después de acordar la posición negociadora del Consejo a nivel de embajadores.

Este mandato servirá para arrancar las negociaciones con el Parlamento Europeo sobre la forma final del texto antes de que se convierta en ley.

La propuesta regulará la cría de perros y gatos para mejorar su bienestar, prohibirá determinadas prácticas como la endogamia y las mutilaciones dolorosas y blindará su acceso diario a una zona al aire libre.

La propuesta no afecta a los dueños de mascotas individuales, pero cualquiera que quiera comercializar un gato o un perro en el mercado de la UE tendrá que asegurarse de que lleva un microchip para fines de trazabilidad.

Dado que algunas organizaciones, por ejemplo las ONG, utilizan hogares de acogida para albergar perros y gatos abandonados, callejeros o no deseados, el Consejo ha decidido incluirlos también en el ámbito de aplicación del reglamento.

Los requisitos de la propuesta pretenden establecer unos estándares mínimos para armonizar el mercado de la UE aunque, si lo desean, los Estados miembro podrán mantener o introducir reglas más estrictas.

Autorización de establecimientos de cría

La propuesta original de la Comisión Europea exigía que los establecimientos de cría que tuvieran hasta tres perras o gatas y que produjeran en total dos camadas o menos al año fueran autorizados después de una inspección ´in situ´ por parte de las autoridades competentes.

Ante la escasez de veterinarios oficiales en los Estados miembro y para reducir la carga administrativa, el Consejo ha limitado este requisito a los establecimientos que producen más de cinco camadas al año o que tienen más de cinco gatas o perras.

Además, el mandato del Consejo brinda a las capitales la posibilidad de permitir que los establecimientos obtengan aprobación a través de comunicación a distancia.