Los veterinarios rurales: pilares del bienestar agrario y la seguridad alimentaria

Las difíciles condiciones que impone la práctica de la veterinaria en entornos rurales hacen que esta vertiente de la profesión sea una de las más vocacionales

17/04/2024

La veterinaria rural es uno de los segmentos más duros y exigentes de la profesión, puesto que las condiciones de trabajo son mucho más difíciles, debido a la soledad y el hecho de trabajar a menudo al aire libre en condiciones climatológicas extremas. Desde esta perspectiva, es una de las ...

La veterinaria rural es uno de los segmentos más duros y exigentes de la profesión, puesto que las condiciones de trabajo son mucho más difíciles, debido a la soledad y el hecho de trabajar a menudo al aire libre en condiciones climatológicas extremas. Desde esta perspectiva, es una de las especializaciones que demanda mayor vocación.

"Los veterinarios rurales desempeñan un papel fundamental en las comunidades agrarias, donde la salud animal es un eje fundamental de su economía y bienestar social". Así lo señala el Colegio de Veterinarios de Toledo, "que resalta que su trabajo, que incluye la vacunación, el control reproductivo y el manejo nutricional es esencial para la productividad y sostenibilidad de las explotaciones ganaderas".

Por otra parte, el Colegio destaca su condición de garantes de la salud pública por su papel en la prevención de enfermedades que pueden afectar tanto a animales como a humanos, así como por su responsabilidad en el mantenimiento de la seguridad alimentaria.

En ese sentido, desde la Junta de Gobierno del Colegio se recuerda que "la labor de inspección y certificación sanitaria de productos de origen animal que realizan contribuye a prevenir brotes de enfermedades transmitidas por alimentos y actuar rápidamente ante emergencias sanitarias, limitando de esta manera la propagación de epidemias entre la población".

Por lo tanto, los veterinarios rurales son auténticos agentes de cambio que promueven el desarrollo sostenible y la resiliencia en comunidades dependientes de la agricultura y la ganadería. Su trabajo no solo asegura la salud y productividad del sector primario, sino que también protege la salud pública, apoyando a comunidades rurales para que sean más prósperas y sostenibles.