Francisco Julián Pérez Duarte, Jorge Gutiérrez del Sol y Miguel Ángel Sánchez Hurtado forman un equipo de veterinarios especializados en técnicas diagnósticas y quirúrgicas mínimamente invasivas. Su dilatada experiencia en este campo los llevó a fundar en 2012 Vetmi, un servicio móvil de cirugía veterinaria de mínima invasión con sede ...
Francisco Julián Pérez Duarte, Jorge Gutiérrez del Sol y Miguel Ángel Sánchez Hurtado forman un equipo de veterinarios especializados en técnicas diagnósticas y quirúrgicas mínimamente invasivas. Su dilatada experiencia en este campo los llevó a fundar en 2012 Vetmi, un servicio móvil de cirugía veterinaria de mínima invasión con sede en Cáceres. "Yo trabajaba con uno de los socios en un centro donde se hacía, sobre todo, investigación y formación. Todas estas técnicas se enseñaban allí a los médicos. A raíz de ahí, decidimos aplicarlas a nuestros pacientes, principalmente a los perros y a los gatos", explica Pérez Duarte. En su opinión, "sustancialmente no ha habido un salto cualitativo desde que empezamos con la empresa", asegura. Lo que sí ha habido en este tiempo, a su juicio, son destacados avances tecnológicos. "Hay equipos que se ven mejor, aparatos que ayudan en la cirugía y que están más perfeccionados, pero la filosofía de la laparoscopia como tal es la misma", detalla Como explica el veterinario, las técnicas de mínima invasión se pueden dividir en dos bloques. "Unas son las cirugías de mínima invasión, que se aplican en intervenciones de abdomen, tórax e incluso de traumatología". Por ejemplo, en la laparoscopia, se hace una incisión más pequeña y por ahí se introduce una cámara, llevándose a cabo la cirugía sin tener que abrir. "La toracoscopia sería lo mismo, pero en lugar de en el abdomen, dentro del tórax", agrega.
Por otro lado, el co-fundador de Vetmi se refiere a las técnicas de endoscopia, "las cuales se utilizan a través de orificios naturales tales como la gastroscopia, la broncoscopia, la colonoscopia, larinoscopia o la cistoscopia (vías urinarias)".
Crece la demanda de este tipo de procedimientos
En los 12 años de vida del servicio, los tres veterinarios han notado además un importante crecimiento en la demanda de este tipo de intervenciones. "Al principio había algunos compañeros que las practicaban, aunque se contaban con los dedos de las manos, pero estas técnicas las realizaban muy poca gente. No estaban muy extendidas, por lo que ni los compañeros veterinarios ni los propietarios conocían demasiado lo que podían ofrecer", apunta. Pero desde entonces hasta ahora han notificado un enorme crecimiento. "De hacer poquitas cirugías de mínima invasión a ser hoy en día lo que más hacemos, con diferencia. Cirugía abierta realizamos cada vez menos", comenta Pérez Duarte.
No en vano, las ventajas que ofrecen este tipo de procedimientos frente a las técnicas convencionales son las mismas que en medicina humana, solo que trasladadas a los pequeños animales. En palabras del experto, incluso con alguna particularidad. "Para algunas cosas, creo que puede ser casi más interesante en pequeños animales que en las personas. Porque, al igual que en los seres humanos, es una cirugía que da menos dolor posoperatorio, los pacientes se recuperan antes y vuelven a su actividad más rápido. También tiene menos tasas de infecciones, sangran menos, etc." Pero además ofrece una ventaja "muy grande", según el veterinario, "y es que todas las complicaciones derivadas de la herida quirúrgica se minimizan, pues muchas veces nuestros pacientes no pueden seguir el mismo reposo e igual de estricto que las personas". Asimismo, para el cirujano también tiene beneficios, porque la visión está amplificada. Con lo cual, "cuando pasas la curva de aprendizaje, hay operaciones que pueden llegar a ser más fáciles por laparoscopia que por cirugía abierta. Un ejemplo claro es la esterilización de una hembra", indica.
Por contra, presentan dos limitaciones a tener en cuenta. "Primero la inversión económica, puesto que requiere comprar equipamiento, instrumental, sellador vascular, etc.", aclara Pérez Duarte. La segunda es otro factor "nada desdeñable": la curva de aprendizaje. "Se trata de una cirugía diferente a la tradicional, a la cirugía abierta. Con lo cual, aunque un profesional sepa operar muy bien en cirugía abierta, necesita unas habilidades especiales para este tipo de intervención. Por eso es importante llevar una curva de aprendizaje reglada, empezando por cursos, una parte teórica, simuladores físicos, tejidos orgánicos e inorgánicos, etc., para que esa curva de aprendizaje no repercuta negativamente en nuestros pacientes reales. Porque, claro, cuando estás aprendiendo te cuesta más, vas a tener más fallos. Entonces, es bueno empezar las primeras etapas de esa curva de aprendizaje en un entorno seguro", reflexiona.
La importancia de valorar cada caso de forma personalizada
En cuanto a las patologías que los profesionales de Vetmi se encuentran con más frecuencia en sus consultas, su socio destaca "con mucha diferencia", en cirugía laparoscópica, las esterilizaciones de las hembras. "La ovariohisterectomía es la cirugía que más se hace, tanto en cirugía abierta como de mínima invasión", subraya. A nivel de patologías que se operen bastante, prosigue, "encontramos la criptorquidia (afección en la que uno o ambos testículos no se desplazan desde el abdomen hasta el escroto), también intervenimos mucho shunts portosistémicos (malformación congénita vascular que hace que determinados animales nazcan con una comunicación anómala entre dos venas), el quilotórax en el tórax, pericardiectomías, gastropexias, nefrectomías, etc."
Realmente, el veterinario considera que "se trata de tener un poco de cabeza y ser conscientes de que no toda la patología se puede operar por mínima invasión, pero hay mucha que sí".
Así, muchas de las intervenciones que antes se hacían por cirugía abierta, ahora se llevan a cabo por mínima invasión. "Pero no todas, cada paciente debe ser evaluado de manera individual. Para algunos pacientes, el abordaje laparoscopio es una buena opción, mientras que otros no son buenos candidatos por la patología en sí que tienen. En cirugía es muy importante saber cuándo se debe operar, cuándo no, y cuál es el mejor tratamiento quirúrgico", subraya. Al fin y al cabo, cree que "esto es una herramienta más en la cirugía normal, nunca va a sustituir completamente a la cirugía abierta".
Por tanto, "es muy importante que el veterinario sepa evaluar en cada caso el mejor abordaje para ese paciente y para esa patología completa", recalca. Del mismo modo, los profesionales de Vetmi llevan a cabo diagnóstico, porque, como explica su fundador, "la laporoscopia y la toracoscopia tienen fines también diagnósticos". Por lo tanto, "pueden ser usadas para visualizar, para tomar muestras, para biopsias, de forma exploratoria". Además, la gastroscopia, la rinoscopia, la broncoscopia, etc., también tienen una gran utilidad diagnóstica.
Por último, Francisco Julián Pérez Duarte adelanta algunas de las técnicas novedosas que se están incorporando en la cirugía veterinaria. Por un lado, se centra en la aplicación de técnica y de indicaciones. En este punto, "todos los años van saliendo nuevas indicaciones, es decir, cosas que antes se pensaban que no se podían operar por mínima invasión". Esto es señal de que "cada vez hay mejores equipos, los profesionales están más formados y existe más experiencia, pues se van introduciendo indicaciones más complejas". "En la literatura científica van saliendo constantemente más casos de patologías que se están empezando a tratar por mínima invasión y que antes no se hacía", añade.
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